Un detalle más.

Un detalle más.

Valorar a personas importantes en todo momento, cuidar su infinita manera de solventar las cosas transmitiendo paz en una pequeña acción. Inefable.

Caminamos en un presente donde nuestras mentes están atadas y presas a un pasado interminable. Hoy en día el conformismo es la opción más fácil sin antes querer experimentar cosas nuevas, maravillas, retos, obstáculos que al fin de cuenta nos ayudaran avanzar. Se pierde poco a poco los valores que desde hace milenios nos vienen enseñando, hoy en día el trauma como el maltrato es la opción más recomendable para corregir cuando con simples palabras y creando un poco de paciencia nos podríamos entender un poco más.

El rechazo se ha convertido en una marca mental que sin duda alguna va ocupando y destrozando tan lentamente lo más profundo de nuestra mejor amiga y la mayoría del tiempo nuestra peor amiga la mente. Hoy en día preferimos lo fácil antes que esforzarnos y aprender con obstáculos y errores que es lo que en gran parte nos hará fuerte en medio de tantos problemas. Callamos y nos ahogamos en nuestras tempestades porque la inseguridad es mayor, esa inseguridad que no te deja estar bien contigo mismo, esa inseguridad que te debilita segundo a segundo y ¿En que encontramos seguridad?, en un mundo y una pequeña vida donde la seguridad en gran parte es escasa nos aferramos a simplemente lo que nos haga sentir bien.

Y es que sentirnos bien queda de parte de nosotros, a unos le va bien y afortunadamente avanzan, otros simplemente avanzan con tormentas donde en gran parte no sale el sol y basta con aferrarnos al deseo de que “Todo va a estar bien” y seguir. Hoy en día que valorar un abrazo de tu madre o tu progenitor importa un comino, donde personas que lo tienen todo son mal agradecidas y personas que no tienen nada anhelan tener un apoyo, un baluarte.

En un mundo donde carece la protección y el entendimiento para tener una ayuda, en un mundo donde la maldad se ha proyectado y alcanzado todos los rincones de la tierra, de tu vida, de la mía, destrucción interminable. Y ya saben, comenzamos puros y sanos y ahora sobrevivimos día a día, minuto a minuto, acostumbrándonos al dolor y haciéndonos fuerte en medio de él, de las circunstancias y de la infinidad de problemas que hoy en día tenemos todos.

Valorar, esforzarse, seguir, experimentar, conocer, reír, dar un paso más. Cosas que poco a poco vamos inhabilitando de nuestras vidas.

Te están observando.

Un detalle más, una vida más, una mente que se aferra a escapar por un momento de su tormenta y que roza el placer de la paz…

                                                                                               

                                                                                                                    Insomnia.